El cuarto en el que crecí era muy pequeño. Tan pequeño que todo se tocaba entre sí, mesita de noche, cama, estantería, mesa de estudio y armario. Los espacios pequeños suelen ser acogedores y este no era una excepción. Me encantaba.

Nuestro primer piso de pareja medía 30 m², al poco tiempo nos mudamos a uno de 40 m² y ahora vivimos en uno de 50 m². De esta situación se extraen dos conclusiones rápidas, la primera es que gano metros con el tiempo y la segunda que tengo amplia experiencia en vivir en espacios reducidos. No niego que me gustaría tener una casa más grande y que envidio las de los demás pero estoy orgullosa del provecho que le sacamos y de cómo la hemos organizado.

Desde mi punto de vista una casa bien organizada necesita dos factores tan sencillos como complejos a la vez: un número reducido de objetos y muchas soluciones de almacenaje, con el fin de que prácticamente nada esté a la vista y se gane en amplitud. Como el tema de tener pocas pertenencias da para un libro entero me voy a limitar a contar nuestros trucos para ganar espacio.

Un canapé en cada dormitorio

La manera más fácil de duplicar el espacio de una habitación. En nuestro piso de 40 m² teníamos varias cajas bajo la cama, pero el canapé además de almacenar, aísla. No tienes que preocuparte del polvo ni de la suciedad. Los nuestros van a ras de suelo para evitar que se cuele nada por debajo. Guardamos la ropa de temporada y la ropa de cama, así como los adornos de Navidad y algunos recuerdos.

Armarios hasta el techo

El armario de la habitación está hecho a medida, llega hasta el techo y evidentemente, tiene puertas corredizas. El altillo tiene altura suficiente para guardar las maletas y algunas cajas pero no demasiada como para restarle altura al resto. El cuerpo principal tiene espacio para prendas cortas, largas, para los pantalones, cajones para la ropa interior e incluso hueco para los zapatos. Todo por duplicado y en menos de dos metros. En la cocina también llegan hasta el techo para aprovechar al máximo el espacio.

Ducha en lugar de bañera

Es una pena, lo sé. Cuando tienes bebés, todavía más. Pero era la única manera de integrar la lavadora en el baño y ganar ese espacio para la cocina. En el mismo hueco de la lavadora, además, tenemos tres baldas con cajas en las que guardamos las toallas de repuesto, los medicamentos o las bolsas de aseo.

Muebles con almacenaje

Nada mejor que un mueble con doble utilidad. Son buenos ejemplos un sofá con arcón, un puf contenedor o una mesa auxiliar con espacio interior. Ideales para guardar mantas, cojines, ropa de temporada o juguetes.

Cestas y cajas

Para la ropa sucia, para los rollos de papel higiénico, para las toallas, para las mantas del sofá e incluso para los bolsos. Las cestas y las cajas decoran y además almacenan. Algunas son abiertas y otras vienen con tapa, utilízalas en función de si los objetos a almacenar pueden verse o no.

Divisores de cajón

Cuando no tenemos más oportunidades para crear nuevos espacios a veces simplemente debemos organizar mejor los que ya tenemos. En estos casos son muy útiles las cajas de plástico pequeñas y los divisores de cajón. Cuanto más clasificado esté el contenido, mayor será el espacio disponible.

 

Fotografía de Sarah Dorweiler en Pixabay.